Nunca quise una vida estable; una vida con seguridades y sin sorpresas.
Amo las sorpresas. Ese no saber que será de mí; ese saber que todo me ha costado un huevo y que nada será fácil. Las carencias varias (dinero, tiempo, sexo, afecto, etc.) hacen que la alegría sea más brillante. Aunque venga con esa sonrisa melancólica que, a veces, me hace emocionar al punto de anudarme por todos lados.
Tengo una especie de abismo comunicacional con las personas que han vivido una vida cómoda. Me resulta difícil conectar con alguien que nunca tocó fondo: es como intentar explicarle los colores a un ciego. Los ojos que se remontan a abismos profundos y negros, son más reconfortantes que cualquier palabra de aliento. Saber que alguien más sabe de qué hablo, hace mi soledad más soportable (aunque yo siempre he sido y seré una ermitaña que disfruta de almuerzos alejados de sus pares, mi instinto gregario me exige acercamientos).
Y sí, tal vez suene a que disfruto pasándola mal. De hecho, es así. La conciencia de saber que nada se repite y que toda historia (y vida) tiene y necesita un final, me lleva a disfrutar cada vivencia porque, como todo ser vivo, me estoy muriendo.
3 opiniones, saludos, etc :
hola si te dedicas a algo artistico avisame y me pasas tu material asi lo publico en mi blog chau
tanto tiempo de silencio valió la pena.
no tengo nada nuevo q decirte sobre esa sensibilidad punk que no te haya dicho ya.
me gusta el estilo, (usando palabras q empiecen en "co"); corto, concentrado, y contundente, como los golpes de un KO. saludos.
si tenes muchos dibujos pasalos y los subo a mi blog no hay problemas, saludos che!
Publicar un comentario