Una pena, realmente...

22 ago 2016

Me vio de lejos y me saludó por mi nombre, para que viera que todavía se acordaba. Dijo que era una pena y yo, como siempre, fingí que no importaba. Fingí al punto de creérmelo, pero al final le tuve que dar la razón: fue una pena, en verdad, no poder estar juntos esa noche.


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