Ojalá no fuera una guerra.
Ojalá los buenos recuerdos no se me hubieran transformado bajo la nueva luz de cada nuevo hecho.
Sos mejor en mi cabeza que en persona.
Me persigue un aire culpable, como un mal de ojo cualquiera. Y no es justo; el poder de los incrédulos se desvanece.
En el espacio del amor hay un acantilado que me invitás a cruzar a pesar de las alimañas que lo infestan y, aunque sé cuánto lo necesitás, prefiero verte sufrir antes que hacerlo.
El poder de los incrédulos
18 nov 2015
Etiquetas: divagues pro , El poder de los incrédulos , oscuridaT , psicoterapiandome
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