Maconvideo

30 dic 2015

Me voy de Muertevideo y dejo atrás una ciudad estallada: Ancap que se funde, los contenedores desbordando basura que ya la gente empieza a quemar, mi sueldo que no alcanza como antes, conflictos gremiales, Gavazzo con prisión domiciliaria, represión, etc.

Estoy armando la valija. Lo bueno del calor es que entran más prendas que en invierno. Doblo prolijamente todo porque me siento con ganas de hacer las cosas bien. Revuelvo la montaña del sillón en busca de camisetas. Guardo dos o tres y encuentro la que tenía puesta el sábado pasado. Todavía guarda algo del desodorante que se le pegó. La huelo brevemente y sonrío. Esa noche me sentí un 98% contenta. Me gustaría mentirme a mí misma y convencerme de que no es para tanto, pero estar con ese pibito era todo lo que quería y lo tuve. Tanto así que cuando vi en facebook un par de fotos del último forro -ese que solo de pensar en tenerlo cara a cara, me  sube la ansiedad a tope-, se me fue el malestar sólo de pensar hacia dónde estaba yendo.

Me voy de Muertevideo unos días y cuando miro hacia atrás, es a Macondo que veo.

Evaluación de Daños

12 dic 2015

1- Lloro de a ratos.
2- Me ofendo fácil.
3- Veo las cosas de manera más negativa que antes.
4- A principio de año, tuve una recaída. Hacía 4 años que no consumía nada.
5- Tuve un par de ataques de pánico. Desde hacía varios meses no me pasaba.
6- Volví a fumar.
7- Siento, casi de manera constante, un nudo, una presión en el pecho (quizás sea por el cigarro).
8- Cada vez que veo una foto de él, la bronca me tapa. Siento latir mi corazón más fuerte, se me cierra la garganta y siento mucho calor en la cara.
9- Perdí, además, a un amigo. Y eso duele más que cualquier pareja.
X- Me siento una estúpida. No quiero estar en esta posición de víctima.

Mecánica de la memoria II

22 nov 2015

*Sobre un video de un viaje a Bs As. con mi ex novio y actual "no sé si sigue siendo" compañero de banda.


Es raro cómo los hechos quedan atrapados y pueden ser repetidos una y otra vez; los espontáneos y los cotidianos; los que nunca van a volver a pasar, pasan indefinidamente. No tan así las sensaciones asociadas a los momentos; esas, que sólo yo las sé, se van gastando después de cada “play”. Es raro cómo funciona la memoria (o mí memoria, nomás), que no alcanza con “recordar” simplemente, para lograr revivir lo que se sintió en el momento.

Mucho de lo que aparece en ese video ya no forma parte de mi vida en la misma manera. Se podría hablar de pérdida o quizás sólo sea un cambio en una dirección no deseada (aunque quizás buscada por descarte) y ser consciente del breve lapso de tiempo en que sucedió todo, no logra despegarme de la sensación de estar viendo algo que aconteció hace décadas. Porque el tiempo es relativo, Einstein... fuckin' Einstein.

De cómo se va la vida (obligaciones)

19 nov 2015

Desde que tengo uso de razón (digamos, unos 11 o 12 años), me di cuenta de que lo que realmente quería aprender, lo realmente útil, jamás lo iba a ver en la escuela o el liceo. Se lo decía a veces a alguna que otra compañerita, pero eran, generalmente, nenas buenas que no entendían mi razonamiento. Porque en realidad, no había ningún razonamiento; era algo instintivo; algo pensado con las tripas.

Así y todo, tenía muy claro que no quería permanecer mucho tiempo ahi metida. Veía a los repetidores como pelotudos porque, si bien compartían mi falta de interés en los estudios, continuaban yendo año tras a año a perder el tiempo con las mismas boludeces. Yo no. Yo quería zafar lo antes posible, así que estudié y aprobé lo más rápido que pude. Después, vino el trabajo.

En el trabajo, sentí siempre más o menos lo mismo: que perdía mi tiempo. Mientras estaba metida en alguna oficina, rodeada de gente que te venía con la moralina insulsa de "el trabajo ennoblece" y querían convertirte en uno más de esos que se llevan bien con sus jefes, yo pensaba (pienso) todo el tiempo, en que quería estar en otro lado; yo quería estar viviendo mi vida. Y mi vida transcurría afuera de esa oficina. Todas las aventuras, amores, borracheras; todo eso pasa afuera de la oficina.

ESO, es realmente lo que llamamos VIDA. Todo eso que me estoy perdiendo y que se va de a poco, gota a gota, día a día. Y es eso, o morirme de hambre durmiendo en alguna plaza.

El poder de los incrédulos

18 nov 2015

Ojalá no fuera una guerra.
Ojalá los buenos recuerdos no se me hubieran transformado bajo la nueva luz de cada nuevo hecho.
Sos mejor en mi cabeza que en persona.
Me persigue un aire culpable, como un mal de ojo cualquiera. Y no es justo; el poder de los incrédulos se desvanece.

En el espacio del amor hay un acantilado que me invitás a cruzar a pesar de las alimañas que lo infestan y, aunque sé cuánto lo necesitás, prefiero verte sufrir antes que hacerlo.


Nuestro amor está contaminado

5 oct 2015

Están en borrador
todos los textos que escribí
pensando en vos.

Todos los pensamientos que supiste
ocupar alguna vez, que fueron luego desplazados
por el silencio y la añoranza
de aquello que era más simple.

Tal vez me haría falta llorar
uno de estos días.




Paseo

1 ago 2015

La vida te enloquece.
Te patea bien arriba y deja
que te des la cabeza contra el piso
al caer.
Y cuando levantes tu nariz
ensangrentada
Del espejo,
Digo, del suelo,
Vas a tener sonreír
Y agradecer el paseo

Día del Padre

27 jul 2015

Hoy llueve. Se cayó una fecha. Se me cayeron, de a una, todas las cosas que se podían caer del organizador del baño. Voy a llegar tarde, como siempre. Los vidrios del bondi chorrean agua, y los colores de los anuncios y semáforos hacen formas raras en las ventanas.

Paso, como muchas otras veces, frente al hospital donde nací hace algunas décadas. No sé adónde va mi vida, que me mantiene girando en círculos por los mismos lugares, y ruego para mis adentros que por favor vaya a algún lado distinto, para variar.

Llueve. Es domingo en muertevideo. Otro día del padre que no festejo, pero que tampoco lamento no festejar. En invierno mi alegría hiberna.

Domingo Deprimente

26 jul 2015


Sólo quienes entiendan lo que es un domingo deprimente, podrán de veras comprender lo que se siente cuando a las 6 de la tarde abrís los ojos y ya es de noche. La contractura en el cuello por dormir en mala posición te está mareando. De alguna manera, juntás suficiente voluntad como para sacar tu culo flaco del surco que hiciste en el colchón. Buscás el blister de perifar que tenés en la cartera y vas hasta la cocina. Mirás el bidón de agua que está en el piso, lo levantás y apoyás sobre la mesada. Servís un vaso hasta un poco más arriba de la mitad. Hacés presión en la burbuja de plástico que envuelve la pastilla y la empujás, hasta que rompe el aluminio que la aprisiona. Te la metés en la boca y la mandás garganta abajo con el agua.

Arrastrás los piés hasta el comedor, pero te da frío y tenés que volver de nuevo al cuarto a buscar la estufa. La empujás, apoyándote en ella como si fuera un andador. Abrís la válvula, presionás la llave que da paso al gas y apretás el botón de la chispa. Es como un encendedor gigante, pensás, mientras apretás el botón tres, cuatro, cinco veces, hasta que por fin enciende. Te sentás en el sofá, agotada por el esfuerzo casi sobre-humano que te costó tanto ir y venir. Te quedás mirando el techo segundos; minutos quizás. Cazás la viola y empezás a rasgar despacio, porque da trabajo y no tenés mucho ánimo, pero te obligás de todas maneras, para hacer algo y no sentir que la vida se te va observando la nada.

Después de un rato tocando, te da hambre. Mirás el reloj y son las nueve y media. En un ratito cierran los supermercados, pensás, mientras evaluás si ir hasta allá o engañar el hambre con galletitas. Pensás que no tenés nada para desayunar mañana. Te preguntás si mañana tomarías té y comerías esas galletitas. Sabés que no tenés ganas de comerlas, pero tampoco de hacer mandados. Moverte del sillón, aunque sea para ir al baño, resulta una tarea complejísima; ni que hablar salir a comprar comestibles.

Respirás hondo con las manos apoyadas en el abdomen y las piernas estiradas. Te visualizás yendo a comprar cosas al almacén. Te da paja tener que pedir las cosas por la ventanita y no poder elegirlas. Decidís ir al super. Re-evaluás si realmente estás dispuesta a ir hasta allá. Tratás de imaginarte yendo hasta ahí, eligiendo las cosas, preparando la comida más tarde... entonces te levantás porque la vejiga te explota y vas al baño. Ya que estás cerca del cuarto, te abrigás para salir. Te ponés el canguro que te regalaron anoche, porque estrenar cosas siempre te da un poco de emoción. Agarrás los auriculares, ponés un disco de Danzig y salís.

Ya en camino, te sentís genial, llena de energía al caminar. Te da alegría haber podido salir de tu casa, del cuarto; haber tocado la guitarra; haber dibujado. Para completar, cuando volvés te ponés a cocinar. El silencio de la casa te da paz, te sentís bien contigo mismo; valió la pena todo ese esfuerzo; la comida quedó rica; no te dejaste ganar esta vez...

Farmacia

11 jun 2015

El otro día fui
a la farmacia.

Me atendió
el mismo tipo
que me atiende siempre a la noche.

Durante el día
atiende la mujer.

Nunca cierran.

Yo no sé si entre todos los clientes que tendrán
recordarán mi cara,
pero yo me acuerdo de cada vez que fui a comprar preservativos;
particularmente una, cuando le pedi MEGA
y el tipo me quiso convencer de que los ultrafinos eran lo mismo
porque estiraban
-como vendendora cuando te dice que el jean cede-
y yo pensé "pobre pibe" y los compré igual, porque a esa hora era lo único que estaba abierto,
-salvo la estación,
pero la estación queda en la otra cuadra y siempre hay un par de lateros zumbando mientras comprás-,
entonces pensé "pobre pibe" y le compré ultrafinos.

Otras veces que compré forros, también llevé ultrafinos, excepto una época en que me había hecho fan
de los tachonados. No importa.
Cuestión que he ido desde mi adolescencia a horas inhóspitas a esa farmacia
y siempre atiende el mismo tipo.
Me pregunto si me recordará de las veces en que era menor
y compré pastis de emergencia,
porque los forros del M.S.P. eran demasiado delicados
para un adolescente alzado e inexperto que garcha al costado del estacionamiento
de un complejo habitacional.

Y ahora iba con mi cara envejecida más de una década
a comprar
algo tan simple e inocente
como un jarabe para la tos.

Mecánica de la memoria

20 may 2015

Es raro cuando alguien te ama. Digo amor, como en un novio. Es raro encontrar en el pasado esas palabras, observar las relaciones lejanas ya, saber que alguien sintió por vos tantas cosas y no entender cómo ni por qué. En cierta manera, reconocer los fracasos (por los motivos que fueran), duele un poco.

No importa el presente cuando estás de viaje por los recuerdos. Ellos son tu presente durante un rato. La sucesión de imágenes almacenadas, pequeños clips mudos, diálogos archivados aparte. Por mi cabeza, pasan las cosas como si fuera una película o la vida de alguien más. Recordar qué se sentía el amor de esa persona sobre uno (amor que caía dentro de los huesos o al límite de la indiferencia); mi manera de reaccionar, de tratarlos; cuántas cosas aguantaba y hacía aguantar; la vez que agarré de la cintura a mi próximo novio, mientras el actual me daba la mano y los tres nos despedíamos...

No importaba nada, sólo sentir. Y después, ¿qué pasó con todo eso cuando no hubo escape?. Se me eriza la piel y, de repente, toda la calidez de mis recuerdos se estrella contra el nudo de mi garganta. Caen pedazos de felicidad por todas partes y vuelvo al ahora. La vida sigue otra vez. No sé cómo, te juro.

Impar

14 may 2015

Cuando las puertas se te cierren en la cara,
¿a quién le vas a pedir algo?
¿En qué cama te vas a despertar,
cuando no sepas dónde dormir?
¿A qué último rescoldo de fé
te vas a agarrar con uñas y dientes,
para no dejarte morir;
para poder levantarte una mañana más
y no mirarte al espejo, porque igual es lo mismo?
Cuando se te enfríe hasta el último sentimiento
y no puedas ni dejarte querer,
¿cómo vas a hacer para pedir un abrazo?
Y, ¿qué pasa cuando hay cosas
de las que nunca se vuelve?

De cómo fui al fin del mundo

8 may 2015

Estaba en un boliche con mi novio y algunos conocidos. Los mismos de siempre. Estamos charlando, la noche casi llegando a su fin, y alguien me comenta que mi ex batero andaba diciendo, despectivamente, que se había ido de la banda porque quería tocar punk y no la música que hacíamos.

Me enojé. Lo fui a buscar. Lo encuentro afuera y, toda risas y simpatía, le digo que se cuide, que el mundo está lleno de gente rencorosa y vengativa, jajaja. Vuelvo a entrar a buscar mis cosas antes de que cierre el local. Agarro ropa y después me acuerdo de la mochila. 

El boliche era como un cine, sólo que en la parte donde normalmente se proyectaría la película, está la salida. Las paredes y piso están pintados de negro y no hay ventanas. Veo mi mochila entre las butacas. Subo, la agarro y una chica de rulos (muy parecida a la que atiende la barra en el Clash), me dice que se me cayó algo, y me alcanza un ticket. Yo le doy las gracias; por algún motivo, ese papel era importante para mí. Me vuelvo a cruzar al ex batero, le digo dos palabras y paso mi dedo índice por su panza, semi-cubierta por una remera muy corta. Engancho el elástico de su pantalón deportivo gris claro, tiro hacia atrás y suelto. Me doy media vuelta para irme y alguien se ríe de mí, al tiempo que me dice "¡Ahhh, pilla!". Noto que me vio por el reflejo de un pin que estaba en una mochila igual a la mía. Entonces, ¡la mochila que tenía no era la mía! ¡Mi mochila es la del pin!.

Subo hasta la fila más alta de butacas y le doy las gracias al flaco por avisarme. En vez de pared, hay puertas de vaivén que separan esta parte del boliche con la siguiente. En el lugar ya no queda nadie, excepto los empleados. Cruzo con las dos mochilas al hombro hasta la sección contigua. Nuevamente me encuentro con otra sala de cine. Sigo subiendo butacas, hasta llegar a una nueva sección de puertas. Las atravieso y doy a una bajada de arena húmeda, que desemboca en una playa de apenas un par de metros cuadrados.

Sentado en la baranda de dicha rampa, se encuentra mi amigo Wally. Me siento a su lado y le digo que este lugar se parece al fin del mundo, y me dice que sí. La marea arrastra un montón de azulejos blancos partidos con diferentes formas, que se acomodan como un mosaico a medida que la ola se retira. Un montón de espuma llega hasta la orilla, empujado por el viento. Le digo a Coco Wally: -"Mirá, esa espuma parece una tortuga de chocolate", y me responde -"Es cierto".
-Hasta el blanco del ojo tiene.
-Saalado!

Y todo alrededor es silencio. Incluso las 3 o 4 personas que están en la parte baja de la playa.



Excusas

20 abr 2015

la gente se moría
de esas cosas
que hacíamos

ya no hay excusas para el dolor

Miedo

17 abr 2015

Tengo miedo de que el tiempo pase
demasiado
y de que llegue tarde, como llego tarde
a todos lados
Y de que encuentre tus libros guardados
como encontré guardados
los libros de mi madre
Sabiendo que nunca más los leerías.

Noches de Paz I

16 abr 2015

Miro por la ventana. Euskal Erría duerme. Es tarde para la vida de 9 a 5. Doy una mordida al pan con dulce. El estómago se me revuelve un poco. Últimamente lo he sometido a algunos abusos. Por ahora aguanta.
En el edificio de enfrente, a la izquierda (¡apartamentos a las 11 en punto, Señor!), hay más oscuridad que en el resto. Posiblemente se haya apagado algún foco. En el resto de las torres, la mayoría de las ventanas están apagadas y no se ve movimiento en las que tienen luz. Algunas veces, veo otro ser nocturno asomado como yo. Otras pocas, pude ver a las personas en las habitaciones y me sentí invadiéndolos, formando parte de una realidad distinta a la mía; una realidad a la que no había sido invitada, pero que me atraía tanto como el deseo de dejar de estar en la mía propia.
Hoy me siento como una adolescente. Como en esas buenas noches de "insomnio creativo". Está el silencio, el mismo cuarto; incluso, tengo una lampara pequeña encendida. Tirada en la cama escribo, escucho música (seguramente algo de los 80 o 90). Me encanta estar sola. No siento la necesidad de compartir nada por un rato. Más bien al contrario. Me cansa tener que pensar en temas de conversación y nunca sé de qué hablar. Estando sola no siento esa tensión constante, casi incomodidad. Puedo pensar y actuar libremente; pararme cuando me da la gana; reirme sola; putear... nadie me va a mirar raro ni se va a embolar. Dejo de escribir. Me acuesto, me tapo, me siento feliz de sólo pensar en estar en mi cama, me duermo. Fin.

Marc

6 abr 2015

Casi toda mi ropa
es de color negro gastado,
negro grisáceo,
gris rata,
sucia rata.

Nadie quiere ser una rata,
salvo Marc
y mis amigos.
Yo no puedo evitarlo.
No es tan malo.
Lo malo es querer
ser algo mejor.

Tené cuidado, rata,
sucia rata,
Marc...



http://revolucionanarquista.cl/wp-content/uploads/2014/06/Sbarra-Jos+%C2%AE-Marc-la-Sucia-Rata.pdf

Duros

1 abr 2015

Puestos.
Puestísimos.
Los duros me descargan.
Necesito un abrazo

El Mesías

18 mar 2015

Hoy me saqué una duda tomando mate con un semi-extraño. Los locos siempre me encuentran y me entregan su alma. Soy como un mesías oscuro. Excepto porque no puedo enseñarle nada a nadie y soy terrenal como el papel higiénico que desborda la papelera del baño del boliche. Excepto porque no soy ningún mesías, soy como un mesías, pero uno al que se le acercan sólo los que tienen la mente un poco fuera de la realidad; seres con el alma rota y la mirada perdida. Gente como yo. Que no soy ningún mesías.

Autodestrucción nâo tem fim

15 mar 2015

 I

-Vos, cuando eras chica, ¿también pensabas en matarte?-, me pregunta, y yo la miro. 
-Debe ser mentira-, pienso. No le respondo. Quiere mi atención a toda costa. Ojalá tuviera otra cosa que hacer; otro lugar donde ir. Huir. Los mejores momentos duran poco. Me acuerdo y se me llenan los ojos de lágrimas. Al final, siempre todo termina a los golpes, que es la única manera de romper el embole. Al final, siempre es mejor ser el hijo de puta: la pasás menos mal. Ojo, también sufrís, pero quedás mejor parado. Te sacudís el polvo que te acabás de echar y seguís tu camino, tal vez llorando, pero no caído. Empapado, pero burlón. Hay que evitar empatizar demasiado; si sufrís cuando sufren, te manipulan. En el fondo, siempre hay que estar un poco mejor.



 II

El problema no es equivocarse: es poder vivir con ello sin odiarse. ¿Cómo no odiarse, si uno es un estúpido? ¿Qué pasó? Antes eras chévere. Antes, eras buena gente y, ahora, te das cuenta que tenía razón ese siquiatra que te dijo manipuladora. ¡Ah, pero nunca con maldad! Hasta que aprendiste a hacerlo a tu antojo. Ser querido siempre da ventaja y, al final del día, te creíste vivo al ver que el amor que te entregan les juega en contra, pobres idiotas. Y no. ¡Loco, no! Es lo más estúpido si al final terminás sólo y tanto te cuesta dejarte querer, que hacés trampa y daño y nada te importa.

Autodestrucción nâo tem fim.

Sobrecompensando

13 mar 2015

Te veo
sobrecompensando
Igual que el otro;
Los otros.
Y yo, ¿cómo seré?
A veces, también necesito
que los demás sean menos
que yo.

Brindo una vez más

12 mar 2015

Los ves ahí, únicos, hermosos, brillantes; seres que amás y admirás profundamente; tu apoyo en esta vida que a veces es tan solitaria. Ellos, tus amigos del alma, cada uno por su lado haciéndose mierda; sabiendo cuán necesario es que paren, pero aún sintiendo la inmortalidad de la adolescencia. Eso los hace aún más bellos, ese creer que a ellos no, aunque una voz les diga que sí. Porque la vida, el estar vivos, es eso. Lo otro no es vida y la muerte es otra cosa. Perdedores hermosos, apostando la vida en una carrera perdida, porque sino, no son ellos.



4 de Marzo ARG

4 mar 2015

La vas a terminar matando, yo sé. Después de tenerla un par de días, de jugar con su pecho todavía plano, de pegotearle la entrepierna con leche, la vas a terminar matando. Vas, tal vez, a golpearle la cabeza hasta que se le parta el cráneo. O tal vez, apretarle el cuello con un cinto de tachas. Quizás, hasta te dejes llevar por la emoción del momento y le claves varias veces una cuchilla en la panza, en el pubis sin vello, viendo como sale la sangre y llenándote la cara con ella, cada vez más caliente con cada chillido de dolor, con cada súplica...

Yo sé que la vas a matar, porque es un asunto pendiente, porque el orden es perfecto, porque 2 pájaros de un tiro... si es que esa es el arma que elegís llegado el momento (que va a llegar, yo sé, te conozco más de lo que debería para el tiempo que ha pasado...).

Y después, no sé si me mirarás a la cara, si estaré allí o esperándote en casa, si cuando pase todavía estaremos juntos o al menos en contacto. Si me lo mandarás por chat o MMS, o si me lo mandarás siquiera. Ojalá que si me necesites, esté. Ojalá que no estés sólo.

In-completo

2 mar 2015

No vas a darme amor ni semen hoy. Coger me está aburriendo. Espero que lo entiendas, pero no que hagas preguntas. Cuánto tiempo hasta que te aburras de mí o me entere que le decís a tus amigos que soy una enferma. Quiero creerte pero todo el tiempo estoy yendo y viniendo (ahora entiendo lo del surco). No es nada personal; son las drogas que ya no tomo. Cada tanto todavía me pasa que extraño cuando éramos sólo amigos. Hacía 6 años que no me enamoraba; el resto fueron meras prácticas y hoy todavía a veces dudo. No te preocupes por mí que voy a estar bien. Ojalá vos seas igual; no te conozco tanto.